MILLONES DE LLAVES, UN SOLO LLAVERO

Los SERES HUMANOS somos diversos. Nos diferenciamos no sólo por estatura, peso, color de piel y demás atributos de nuestro cuerpo, sino también por nuestros modos de entender la vida, objetivos personales, posturas filosóficas, religiosas y políticas, y mil aspectos más que nos hacen a cada uno único, irrepetible, insustituible.

Y sin embargo, somos todos SERES HUMANOS. Eso nos hace semejantes en medio de la infinita diversidad.

En la misma medida que otra persona es diferente de mí soy yo diferente de ella, y así como a veces me resulta difícil comprender sus actitudes y comportamientos, también a ella le resulta más o menos difícil comprenderme a mí.

Quizá son más las veces que las demás personas tienen que tolerar mis rarezas que aquellas en que yo logro pasar por alto las de ellas, pero en este constante ejercicio de tolerancia mutua todos crecemos y mejoramos como SERES HUMANOS, y en medio de nuestros innegables desaciertos logramos también vivir juntos maravillosas experiencias de nobleza y generosidad.

Eso es lo que permite que florezcan el amor y la amistad, y sobre esta base logramos construir juntos proyectos grandiosos que expanden nuestras mentes y elevan nuestros espíritus hacia niveles superiores de evolución.

La curiosidad inmarcesible que nos impulsa a recorrer el universo entero sólo logra un poco de sosiego cuando lo descubrimos y reconocemos en los ojos de la persona amada o en el estrecho abrazo del amigo sincero. Entonces comprendemos que nuestro cielo está al alcance de la mano, que podemos abarcarlo construyéndolo hombro a hombro con nuestros congéneres, con esos maravillosos y paradójicos SERES HUMANOS que somos todos.

Esta comprensión nos lanza a un nivel superior en la espiral cósmica y nos inscribe entre los SERES HUMANOS CONSCIENTES DE QUE NO ESTAMOS SEPARADOS, sino que todos somos tan sólo partes diversas de un mismo universo, distintas manifestaciones de LO MISMO.

Desde esta consciencia es posible construir una sola Nación, donde cabemos todos con plenos derechos a la felicidad, al respeto de nuestra dignidad y al desarrollo de nuestro Ser.

SOMOS MILLONES DE LLAVES DISTINTAS, ENGARZADAS TODAS EN UN SOLO LLAVERO.